
Si esta planeando un viaje y quieres descubrir qué ver en Milán, la capital de Lombardía, de la moda y del diseño estas en el sitio correcto. Si alguna vez pensaste que Milán solo era pasarelas, lujo y tiendas exclusivas, prepárate para descubrir una ciudad que combina arte, arquitectura, tradición y modernidad con una elegancia muy italiana. Ubicada en el norte de Italia, Milán es el motor económico del país, pero también una de sus joyas culturales más sorprendentes.
Y si te preguntas qué ver en Milán, la respuesta empieza en la espectacular Piazza del Duomo, donde la impresionante catedral gótica parece una obra de encaje esculpida en mármol, y sigue por calles llenas de historia como la Via Dante o la elegante Galería Vittorio Emanuele II.
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Milán no es solo para mirar escaparates; es para mirar arriba, abajo y a los lados. Cada rincón tiene algo que contar: desde los patios ocultos de sus palacios hasta los restos de murallas romanas o los cafés donde Verdi escribía óperas. Es una ciudad que se revela poco a poco, y siempre con estilo.
Sus barrios con alma como Brera, Navigli o Porta Romana, su impresionante patrimonio cultural que incluye obras de Leonardo da Vinci, su vibrante escena artística, su amor por la ópera y sus terrazas llenas de vida al atardecer son solo una parte de todo lo que hay que ver en Milán. Aquí te esperan museos de primer nivel, iglesias sorprendentes, mercados de diseño, jardines escondidos y esa mezcla irresistible de lo clásico y lo contemporáneo que solo los milaneses saben hacer tan bien. ¿Listo para una ciudad donde el arte está en los museos… y también en la forma de servir un risotto?
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¡Andiamo!
Qué ver en Milán: Claves para visitar la ciudad
Si estás buscando qué ver en Milán, prepárate para una ciudad que rebosa estilo, historia y sorpresas en cada rincón. Famosa por ser la capital de la moda y el diseño, Milán es mucho más que escaparates lujosos: es una ciudad con un pasado fascinante, un presente vibrante y una mezcla perfecta entre lo clásico y lo contemporáneo. Desde monumentos emblemáticos como el Duomo o el Castillo Sforzesco hasta rincones encantadores como los canales de Navigli o las calles bohemias de Brera, aquí cada paseo es una experiencia.
Aunque dejarse llevar por su ritmo elegante y su ambiente urbano es un placer en sí mismo, aquí te traemos los lugares y monumentos más imprescindibles que ver en Milán y no puedes dejar de visitar y disfrutar durante tu visita a esta gran ciudad del norte de Italia. Tanto si te apasiona el arte, la historia, la arquitectura o la gastronomía italiana, Milán tiene un plan para ti. Prepárate para descubrir una ciudad cosmopolita, sofisticada y con una energía creativa que engancha desde el primer momento.
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Lugares imprescindibles que ver en Milán
Duomo

Imposible empezar un recorrido de que ver en Milán sin detenerse en su corazón: el Duomo, una de las catedrales góticas más impresionantes del mundo. Con su fachada de mármol blanco que brilla bajo el sol y sus más de 130 agujas coronadas por estatuas, este templo no solo es el símbolo de la ciudad, sino también una verdadera obra de arte que tardó más de cinco siglos en completarse.
Una de las experiencias más recomendadas es subir a las terrazas del Duomo, desde donde tendrás unas vistas panorámicas espectaculares de Milán. Allí, entre pináculos y esculturas, podrás contemplar la célebre Madonnina dorada, una estatua de la Virgen María que corona la aguja más alta y que los milaneses adoran como su protectora.
En el interior, el Duomo no decepciona: sus enormes columnas, sus vidrieras de colores, su altar mayor y la cripta guardan siglos de historia. Además, bajo el templo puedes visitar las ruinas del antiguo baptisterio paleocristiano.
Este lugar no es solo un icono arquitectónico: es una mezcla de fe, arte e identidad milanesa. Si estás preparando tu lista de qué ver en Milán, apunta el Duomo en el primer puesto y reserva tiempo para explorarlo con calma, porque cada detalle —por dentro y por fuera— merece ser admirado.
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Galería Vittorio Emanuele II

Justo al lado del Duomo, atravesar la Galería Vittorio Emanuele II es como entrar en un elegante salón al aire libre. Conocida como “el salón de Milán”, esta galería es mucho más que un simple pasaje comercial: es un símbolo de la ciudad, de su amor por el arte, el diseño… y el buen gusto. Inaugurada en 1877, es una de las galerías comerciales más antiguas del mundo y una joya de la arquitectura del siglo XIX.
Su estructura en cruz, cubierta por una espectacular cúpula de cristal y hierro, está decorada con mosaicos, frescos y detalles que te harán levantar la vista a cada paso. Entre sus boutiques de lujo, librerías históricas y cafés con terraza, podrás disfrutar de una experiencia que combina historia, compras y estética en un mismo lugar.
Uno de los rituales más curiosos que no puedes perderte es girar sobre el talón del pie derecho sobre los testículos del toro del mosaico del suelo (sí, has leído bien). Se dice que trae buena suerte, y no serías el primero en hacer cola para cumplir la tradición.
Ya sea para tomarte un café en el mítico Camparino, hacer una foto bajo la cúpula o simplemente pasear con calma por este monumento al estilo italiano, la Galería Vittorio Emanuele II es un imprescindible absoluto entre todo lo que hay que ver en Milán.
Palacio Real

Justo al lado de la catedral, el Palacio Real de Milán es uno de esos lugares imprescindibles que ver en Milán si te interesa la historia, el arte y la cultura. Aunque su fachada sobria puede pasar desapercibida al compararla con la majestuosidad del Duomo, este edificio ha sido durante siglos el epicentro del poder político en la ciudad.
Desde la Edad Media hasta el siglo XIX, acogió a duques milaneses, gobernadores españoles y austríacos, y más tarde a los reyes del Reino de Italia. Hoy, el Palacio Real ha dejado atrás su función gubernamental para convertirse en uno de los centros expositivos más importantes que ver en Milán.
En su interior encontrarás una mezcla de historia y arte contemporáneo: salones decorados con frescos, estancias de época cuidadosamente restauradas y exposiciones temporales de altísimo nivel. Por aquí han pasado nombres como Caravaggio, Picasso, Van Gogh o Leonardo da Vinci, lo que lo convierte en una visita obligada para cualquier amante del arte.
Entre sus espacios más destacados está el Salón de las Cariátides, un enorme salón que aún conserva las huellas visibles de los bombardeos sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. En lugar de ocultar los daños, se decidió preservarlos como un testimonio vivo de la historia reciente de la ciudad. Este contraste entre la belleza clásica y la cicatriz de la guerra convierte al palacio en un lugar profundamente simbólico y emocional.
Si estás planificando tu ruta con lo mejor que ver en Milán, no dejes fuera esta visita. El Palacio Real no solo te conecta con el pasado político de la ciudad, sino que también te ofrece una mirada actual y artística sobre su presente cultural.
Añádelo a tu lista de cosas que ver en Milán, sobre todo si buscas experiencias culturales de primer nivel en pleno centro histórico.
Gallerie D’ítalia

A pocos pasos de la Piazza della Scala, las Gallerie d’Italia son uno de los tesoros más sorprendentes que ver en Milán, especialmente si te gusta el arte… y los lugares con encanto. Este museo no solo destaca por su colección, sino también por el edificio en el que se encuentra: un conjunto de palacios históricos decorados con mármoles, frescos y techos que son verdaderas obras maestras por sí solos.
La colección permanente recorre desde el arte neoclásico hasta el siglo XX, con obras de artistas italianos como Canova, Hayez, Boccioni o Morandi. Además, la distribución de las salas permite una experiencia muy cercana al arte, con espacios amplios, bien iluminados y cuidados al detalle.
También organizan exposiciones temporales de primer nivel, siempre con una mirada innovadora. Una de las características más especiales de este museo es su ambiente tranquilo y elegante. Aquí no encontrarás aglomeraciones ni colas interminables, sino una visita sosegada que te permite disfrutar del arte con calma, en pleno corazón de la ciudad y ubicación clave que ver en Milán durante tu visita.
Las Gallerie d’Italia son una alternativa ideal si ya has visitado los grandes clásicos o si quieres escapar un rato del bullicio turístico. Sin duda, un lugar perfecto para incluir en tu lista de sitios que ver en Milán, sobre todo si buscas una experiencia cultural más íntima y auténtica.
Basilica di Santa Maria delle Grazie

Aunque su fachada de ladrillo pueda parecer discreta, la Basílica de Santa Maria delle Grazie guarda uno de los mayores tesoros del arte universal: La Última Cena de Leonardo da Vinci. Esta iglesia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los puntos más visitados que ver en Milán y una parada obligatoria para todo amante del arte y la historia.
Construida a finales del siglo XV por orden del duque Ludovico Sforza, el edificio combina elementos góticos y renacentistas. La parte más espectacular es el refectorio del convento dominico, donde se encuentra el famoso mural de Leonardo, pintado entre 1495 y 1498. La obra, deteriorada por el paso del tiempo y múltiples restauraciones, sigue impresionando por su composición, realismo y simbolismo, revolucionario para su época.
La visita a La Última Cena debe reservarse con bastante antelación, ya que solo se permite la entrada en grupos reducidos y por tiempo limitado para preservar la pintura. Aun así, la espera merece totalmente la pena. Además, el resto de la basílica también merece atención, especialmente la bella cúpula diseñada por Bramante y las capillas laterales con frescos renacentistas.
Si estás buscando experiencias únicas que ver en Milán, este lugar no puede faltar en tu recorrido. Aquí no solo te encontrarás con una joya arquitectónica, sino con una de las obras más célebres e influyentes de toda la historia del arte occidental.
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Parque Sempione

Justo detrás del imponente Castillo Sforzesco se abre el Parque Sempione, el pulmón verde que ver en Milán y uno de los lugares más agradables para pasear, desconectar y ver otro lado de la ciudad. Inaugurado a finales del siglo XIX sobre los antiguos terrenos del castillo, este parque de inspiración inglesa se extiende a lo largo de 38 hectáreas con senderos, estanques, puentes, esculturas y rincones ideales para hacer un picnic o simplemente sentarse a observar la vida pasar.
Es muy frecuentado por los milaneses, tanto por quienes salen a correr o a montar en bici, como por estudiantes, familias y turistas que buscan un respiro del bullicio urbano.
Uno de los puntos más fotografiados es el Arco della Pace, que se alza majestuoso en uno de los extremos del parque. Este arco triunfal, iniciado por Napoleón y completado bajo dominio austríaco, ofrece una perspectiva monumental perfecta para cerrar el paseo.
Dentro del parque también encontrarás joyas como el Acuario Cívico de Milán, uno de los más antiguos de Europa, el curioso Palazzo dell’Arte, sede de la Triennale de Milán (dedicada al diseño y la arquitectura contemporánea), y hasta una pequeña torre mirador con vistas a todo el parque y parte del skyline milanés.
Si estás armando tu lista de lugares que ver en Milán, el Parque Sempione es una parada ideal para combinar naturaleza, historia y cultura… todo en un solo paseo. Y si vas al atardecer, te llevarás una de las estampas más bonitas de la ciudad.
Iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore

Puede que no la encuentres en todas las guías, pero la Iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore es uno de los lugares que más sorprenden al visitante en Milán. A simple vista, su exterior no llama especialmente la atención, pero basta con cruzar la puerta para quedarse sin palabras.
Por dentro, es una auténtica joya del Renacimiento lombardo, decorada de arriba a abajo con frescos tan brillantes que le han valido el apodo de la “Capilla Sixtina de Milán”. Construida en el siglo XVI sobre los restos de un antiguo monasterio, esta iglesia era parte de un convento femenino de monjas benedictinas.
Está dividida en dos espacios: la iglesia pública y el coro de las monjas, separados por una reja de madera pero conectados visualmente por los frescos, que cubren completamente las paredes y techos con escenas bíblicas, retratos de santas y episodios del Evangelio.
El responsable de esta maravilla fue principalmente Bernardino Luini, uno de los discípulos más destacados de Leonardo da Vinci, y cuya influencia se nota claramente en la delicadeza de los rostros y en la calidad de las composiciones. Además de la pintura, destacan también los detalles en oro, los capiteles decorados y los instrumentos musicales pintados en los frescos, que parecen saltar de las paredes.
Es uno de los lugares más fascinantes que ver en Milán, sobre todo si disfrutas del arte en silencio, sin aglomeraciones. Además, la entrada es gratuita y está justo al lado del Museo Arqueológico de Milán, por lo que puedes combinar ambas visitas.
Piazza degli affari

A solo unos minutos del Duomo y algo apartada del circuito turístico clásico, encontramos la Piazza degli Affari, el centro financiero que ver en Milán, y también el lugar donde el arte contemporáneo y la crítica social se dan la mano… de forma bastante provocadora. Al fondo de esta plaza se alza el Palazzo Mezzanotte, sede histórica de la Bolsa de Milán, un edificio imponente de los años 30 que representa el poder económico de la ciudad.
Pero lo que realmente llama la atención de esta plaza —y provoca sonrisas o debates— es la escultura que se planta justo delante de la entrada. Hablamos de L.O.V.E., una escultura del artista italiano Maurizio Cattelan, más conocida por todos como “el dedo”.
Se trata de una enorme mano de mármol blanco con todos los dedos amputados… excepto el corazón, que queda erguido en un gesto claramente irreverente. La obra ha sido interpretada de muchas maneras: una crítica al sistema financiero, un recordatorio del poder popular o incluso una burla al mundo del arte contemporáneo. Lo cierto es que se ha convertido en una de las imágenes más virales que ver en Milán.
Más allá del impacto visual, la plaza tiene su propio encanto: es amplia, tranquila y rodeada de arquitectura racionalista, lo que le da un aire muy distinto a otras zonas de la ciudad. Si estás buscando rincones curiosos que ver en Milán, esta plaza es perfecta para hacer una pausa diferente, sacar una foto polémica o simplemente reflexionar sobre el contraste entre el arte y el poder.
Castello Sforzesco

El imponente Castillo Sforzesco es mucho más que una fortaleza: es un símbolo del poder, la cultura y la historia milanesa. Situado en pleno centro de la ciudad y conectado directamente con el Parque Sempione, este castillo ha pasado de ser una defensa medieval a convertirse en un gran centro cultural abierto a todos los públicos. El Castello Sforzesco es uno de los monumentos más emblemáticos que ver en Milán, una imponente fortaleza que hoy alberga museos, arte y siglos de historia en pleno corazón de la ciudad.
Y sí, es uno de esos sitios que no pueden faltar en tu lista de cosas que ver en Milán. Fue construido en el siglo XV por orden de Francesco Sforza, uno de los grandes duques de Milán, sobre los restos de una fortaleza anterior.
A lo largo de los siglos fue ampliado, bombardeado y restaurado, y hoy alberga nada menos que varios museos y colecciones permanentes en su interior: desde arte antiguo y esculturas hasta muebles, instrumentos musicales y objetos decorativos. Incluso puedes ver la última obra inacabada de Miguel Ángel, la famosa Pietà Rondanini, que emociona por su expresividad y sencillez.
Además de los museos, el castillo en sí mismo merece una visita. Puedes pasear por sus patios, cruzar sus murallas, admirar las torres, e imaginar cómo era la vida en la corte de los Sforza. También es interesante visitar la Torre del Filarete, una de las imágenes más reconocibles del castillo, y símbolo de la resiliencia que ver en Milán tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Con acceso gratuito a las zonas exteriores y precios asequibles para los museos, el Castillo Sforzesco es perfecto tanto para una visita rápida como para pasar una mañana entera explorando su historia. Una parada imprescindible para entender el alma de Milán más allá de la moda y el diseño.
Piazza mercanti

A solo unos pasos del bullicio de la Piazza del Duomo, se esconde uno de los rincones más evocadores del Milán medieval: la Piazza dei Mercanti. Este pequeño y encantador espacio ha sido durante siglos el centro de la vida comercial y administrativa de la ciudad, y todavía hoy conserva ese aire histórico que parece sacado de otra época.
Aquí se encuentran algunos de los edificios más antiguos que ver en Milán, como el Palazzo della Ragione, construido en el siglo XIII y que durante siglos fue sede del tribunal de justicia. Su logia central aún muestra inscripciones en latín, escudos y detalles arquitectónicos que narran parte de la historia de la ciudad.
También destaca la Loggia degli Osii, un elegante edificio gótico con balcones de mármol negro y blanco desde donde se anunciaban públicamente las sentencias y edictos.
Un detalle curioso: en la plaza puedes encontrar un efecto acústico muy particular. Si te colocas bajo uno de los arcos y hablas hacia la pared, otra persona situada en el arco opuesto podrá oírte perfectamente, incluso en voz baja. Un truco medieval que sigue sorprendiendo a los visitantes de hoy.
Aunque pequeña y tranquila, la Piazza dei Mercanti es una joya escondida en pleno centro, ideal para hacer una pausa entre visitas y dejarte llevar por el encanto del Milán más antiguo. Si estás explorando lo más auténtico que ver en Milán, este rincón debería estar sin duda en tu recorrido.
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